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En los últimos años, el Gobierno se encargó de definir el terreno de construcción, realizar la cimentación, y formar la estructura donde se asentarían grandes proyectos desarrollados por constructoras nacionales y extranjeras. Pero a pesar de mantener su papel protagónico en el sector como inversor, su rol tuvo ciertos ajustes.

Entre 2011 y 2013, según el Servicio Nacional de Contratación Pública (SERCOP), el monto contratado por tipo de compra más alto fue en obras, con más de 14 mil millones de dólares. Esto representó casi el 50 por ciento de lo destinado para la adquisición de toda la contratación pública, que también comprenden otros rubros como fármacos, bienes, servicios y consultorías. Un año después, la situación cambió.

Obras dejó de ser la mimada y pasó del primer lugar en inversión (con casi cinco mil millones en 2013) al tercer lugar (con apenas dos mil millones). Su caída, del 56 por ciento, supera incluso a la contracción que tuvo Contratación Pública en general, con un 24 por ciento. El decrecimiento guarda relación con el detalle que SERCOP hace en su informe de gestión anual, donde explica que el reto es mejorar la eficiencia y efectividad del gasto en ese segmento.

Explica que la ejecución de obras es uno de los rubros de mayor importancia e impacto en el gasto público, ya que fluctúa entre los tres mil y cuatro mil millones de dólares anuales. Un impacto que en 2014 lo vivieron, explica el mismo informe, grandes y medianas compañías (65 y 38 por ciento, respectivamente), no así las pequeñas, que crecieron en un 26 por ciento. Quizá eso explica que de las 20 empresas que lideraron los subsectores de Construcción (Constructoras, y Construcciones y Afines), 12 decrecieron en sus ingresos y apenas cuatro superaron el 10 por ciento en incremento versus 2013. Una de las que destacaron fue la firma brasileña Norberto Odebrecht, que aumentó sus ingresos en 121 por ciento en comparación a 2013 y se ubicó en el primer lugar del sector.

Fuente: Vistazo