En contexto

– El actual contexto económico no solo golpea los ingresos petroleros. Las exportaciones también caen

– En el 2015, el país exportó $ 719 millones menos, pese a que los empresarios se esforzaron para competir

– El dólar fortalecido obligó a algunas firmas a restar su utilidad, otras vieron perder parte de sus negocios

– Según expertos, hay políticas que podrían inyectar competitividad al sector. Una de ellas es la devolución de impuestos

El tema del momento que une al Gobierno y empresarios va marcado por cómo lograr compensar el desequilibrio que hay en la balanza comercial. Las propuestas que se discuten se orientan a evitar que más importaciones arriben al país y menos dólares se vayan, pero poco se habla de cómo dinamizar la otra cara de la balanza: las exportaciones.

Y esto es algo que cuestionan los empresarios, quienes desde el 2015 ven cómo la competitividad de sus productos ha empezado a mermarse a causa de un dólar fuerte, los bajos precios internacionales y la “falta de políticas” como el manejo de devolución de tributos.

Como dijo EXPRESO esta semana, el déficit de la balanza comercial no petrolera llegó a $ 4.650 millones, de enero a noviembre del 2015. En ese lapso, según explica Daniel Legarda, vicepresidente de la Federación de Exportadores Ecuatorianos (Fedexpor), las ventas no tradicionales fueron las más afectadas, con una baja del 11 %.

Y existen varias razones que explican eso. Por un lado, dice Legarda, está la caída de los precios internacionales de algunos ‘commodities’, pero también los efectos que está provocando el costo del dólar, que llegó a sobrevalorarse frente a otras monedas internacionales, en un promedio del 25 %. “Algunos exportadores se han visto obligados a bajar sus precios para seguir compitiendo. Hablamos de productos como la madera, línea blanca, textiles, metálicos”. Pero eso, quienes han podido hacerlo. Otras empresas se han limitado a ver caer sus negocios. Es el caso de Triari, que en el 2015 dejó de vender a Colombia 500 toneladas de polvo de chocolate. El peso colombiano, frente al dólar, estaba un 60 % más barato. Eso la sacó de competencia.

José Carvajal, dueño de Triari, empresa guayaquileña que vende derivados de cacao, explica que lo del precio del dólar es un tema coyuntural, no así los altos costos que deben asumir las empresas exportadoras. Carvajal habla de lo difícil que se ha vuelto competir cuando los pagos que se hacen a las navieras llegan a representar hasta un 50 % de la carga que se desea vender afuera. “Eso nadie lo controla”, dice.

La estructura de costos, coincide Legarda, es otro de los factores que afecta la competitividad. Además de los temas logísticos, están los costos de mano de obra, el incremento del valor de la electricidad, la escasez de nuevos mercados y también la falta de una política eficiente de devolución de impuestos. El Drawback, creado con ese fin, no funciona desde mayo y adeuda al sector más de $ 180 millones.

Mabe el año pasado exportó un 15 % menos de cocinas a gas. Uno de los factores que afectó a la empresa, explica su gerente Roberto Jouvín, fue el costo de materias primas debido a las salvaguardias gravadas al producto importado. “Para tener una idea: el foquito del horno de cocina acá cuesta $ 3,80 por los impuestos que se pagan, cuando el set está en cerca de $ 0,50. Solo en ese ítem tenemos ese tipo de sobrecostos y así sucede con otras piezas”, explica.

Sin embargo, este contexto aún no es analizado del todo por las autoridades del Gobierno. El énfasis hoy está puesto en cómo se implementa un timbre cambiario, un sistema que no es otra cosa que una subasta de permisos para importar. Lo que paguen los importadores, según dijo el presidente Rafael Correa, se destinará al sector exportador como incentivo. No obstante, los empresarios creen que eso no es suficiente. Esa “idea aislada” poco convence.

Fuente: Expreso