Hace casi 20 años, en 1997, cuando Ecuador tenía una infraestructura deficitaria e insuficiente para afrontar fenómenos climatológicos como El Niño, las lluvias, las inundaciones, las cosechas perdidas, los daños en viviendas y demás destrozos, le costaron al país 2.882 millones de dólares y un retroceso en el crecimiento del PIB del 1,3 %, según la Corporación Andina de Fomento.
Este año, con la amenazante perspectiva de que las lluvias lleguen con tanta intensidad como entonces, el Gobierno ha afirmado que dispone de 850 millones de dólares para enfrentar las adversidades.
Ecuador ha avanzado y los sectores productivos no quieren dejárselo todo a la fe de que El Niño se quede en una amenaza o en un invierno un poco más húmedo. Por eso, esta semana se reúnen los representantes de los principales gremios para analizar cuál será el impacto en la agricultura, ganadería, construcción, turismo, pesca y acuacultura, en la gran y pequeña industria, y en los principales productos de exportación: banano, cacao o camarón. Donde unos ven pérdidas, otros pueden encontrar una oportunidad.
Fuente: Diario Expreso