En los ocho primeros meses del presente año la recaudación de impuestos sumó USD 10 157 millones, 11% más respecto al año pasado y 3% más sobre la meta prevista hasta agosto, según datos del Servicio de Rentas Internas (SRI).
Sin embargo, hay dos hechos que hacen prever un futuro menos optimista en recaudaciones.
Por un lado están los resultados del mes pasado, cuando por primera vez en el año hubo una caída en los ingresos tributarios respecto al mismo mes del 2014.
La caída global fue del 8%, producto del menor dinamismo que mostró la recaudación de los principales impuestos que recauda el SRI: Renta, IVA, ICE e ISD. Una de las principales razones que explica ese comportamiento es la reducción del consumo, indica Carlos de la Torre, subdecano de Economía de la Universidad Católica de Quito.
“Habrá que observar el comportamiento de los últimos meses del año para ver si la tendencia continúa, lo que significaría una desaceleración de la economía”. Si bien el acumulado hasta agosto registra un aumento en la recaudación, esta se explica por la amnistía tributaria, que generó USD 972 millones de ingresos extras al SRI y que no estaban contemplados en las proyecciones de inicios de año.
Un segundo factor que hace prever menos recaudaciones en los próximos meses es que una vez finalizado el efecto de la amnistía tributaria, la recaudación se basará en el comportamiento de la economía real, que muestra signos de estancamiento. Incluso el mes pasado, cuando aún estaba vigente una rebaja de 50% de los recargos tributarios para quienes querían beneficiarse de la amnistía tributaria, la recaudación cayó.
En agosto, los ingresos por concepto de IVA e Impuesto a la Renta, que en conjunto representan el 80% de las recaudaciones totales del SRI, cayeron 5% y 11%, respectivamente, frente al mismo mes del 2014.
“La caída en la recaudación del Impuesto a la Renta refleja la menor rentabilidad de las empresas, mientras que la contracción en las recaudaciones de IVA parece dar cuenta del enfriamiento del consumo privado”, señaló la Corporación de Estudios para el Desarrollo (Cordes). Añade que la reducción de la inflación en julio y agosto pasados sostienen la hipótesis de que la demanda se está reduciendo en el país.
La desaceleración económica es una preocupación constante del sector productivo, que demanda estabilidad normativa para invertir y amortiguar los efectos de la crisis. Richard Martínez, presidente ejecutivo de la Cámara de Industrias y Producción (CIP), señaló el jueves pasado que, de 555 empresas encuestadas, el 50% cree que el clima de negocios es regular o malo. Según la misma encuesta, un 56% de las empresas productoras y exportadoras, cuyas ventas anuales suman USD 10 000 millones, cree que sus ventas bajarán respecto a 2014.
De ahí la necesidad de que las políticas públicas se enfoquen en la implementación de medidas que garanticen el empleo, el desarrollo productivo y la sostenibilidad del esquema monetario, dijo Martínez. El efecto que sienten las empresas no discrimina entre grandes y pequeñas. Stalin Gordón es gerente General de Industrias Metálicas Gordón y cuenta que sus ventas han caído un 30% en lo que va del año.
“El Estado era nuestro principal comprador y eso ha afectado nuestros ingresos desde marzo”.
Carolina Reyes, comerciante de ropa en el Centro de Quito, dice que desde hace varios meses vende menos. “La gente prefiere ir a Colombia porque es mucho más barato”.
Los exportadores han visto los efectos por la apreciación del dólar, que volvió más caros sus productos en el mercado internacional, mientras las salvaguardias han encarecido los precios de varios insumos. Juan Carlos Díaz-Granados, presidente de la Cámara de Comercio de Guayaquil, calcula que el sector comercial pueda decrecer un 0,5% este año por efecto de las salvaguardias y depreciación de moneda en países vecinos. “Los comerciantes no queremos ser la caja chica del Gobierno, necesitamos aire, no más impuestos”.
La visión del Gobierno es diferente. Ximena Amoroso, directora del SRI, explica que el cumplimiento de la meta de recaudaciones refleja que no existe una desaceleración de la economía ecuatoriana o una reducción del consumo. “El IVA alcanzó el 95% de la meta, lo que refleja que el consumo no se ha reducido (…) Hay que recordar que la previsión de las recaudaciones de cada año se hace de acuerdo a la inflación y a la proyección del crecimiento económico”.
La proyección de la recaudación para el 2016 aún está en análisis por parte del SRI. Amoroso explicó que la establecerá conforme a los datos que proporcione el Banco Central del Ecuador sobre crecimiento e inflación.
Según el calendario de publicaciones del Central, el 11 de septiembre pasado debía publicar una primera previsión sobre el escenario del 2016.
Fuente: El Comercio