En 2025, los proyectos Mirador, Fruta del Norte, Loma Larga, Río Blanco, San Carlos Panantza y Llurimahua podrían generar $ 900 millones anuales en tributos.

A propósito de la apertura del Catastro Minero prevista para hoy, Javier Felipe Córdova, ministro de Minería, expone los objetivos de las políticas estatales y las perspectivas de la actividad minera en el país.

¿Cómo evaluaría el primer año de trabajo del Ministerio de Minería?

Muy positivo porque, a nivel internacional, se logró posicionar a Ecuador como un destino minero interesante y que ofrece grandes ventajas para la inversión.

¿Se refiere a las ventajas competitivas?

Sí. En primer lugar, se encuentra la competitividad sistémica, un factor que sí es importante porque las empresas mineras requieren electricidad, agua y vialidad.
Gracias a la inversión efectuada por el Gobierno Nacional durante estos años, las actuales y futuras inversiones mineras pueden contar con una cantidad suficiente de energía a costos bajos que no llegan a un tercio de los costos registrados en Chile o Perú.

Otra ventaja de Ecuador radica en la disponibilidad de agua que nos coloca en una situación privilegiada a nivel regional.

En Chile, las empresas mineras deben transportar agua desde el Océano Pacífico hacia la cordillera. Para poder usarla en la Minera Escondida, BHP Billiton requirió invertir $ 3.500 millones en una planta de desalinización. Además tenemos otra ventaja de origen natural: Ecuador está dentro de la misma franja geológica que Perú y Chile. Y esto nos augura un alto potencial minero.

En términos institucionales, ¿cómo caracterizaría al actual ambiente para la inversión minera?

En 2009, cuando cambiamos la Ley de Minería, las condiciones para la inversión no eran apropiadas y no teníamos una normativa competitiva. La carga tributaria era alta y las normas eran rígidas. Eso ahuyentó a los inversionistas. A partir de 2014, sin embargo, se generaron incentivos tributarios y cambios normativos que nos colocaron en el promedio de la carga tributaria regional.

Por eso, entre las principales ventajas que hoy tenemos para la inversión minera, se encuentran la estabilidad jurídica y los incentivos tributarios. Además, en el sector minero, se pueden generar contratos de estabilidad tributaria que son importantes para una industria que trabaja a largo plazo.

¿En qué consiste el Catastro Minero y para qué sirve?

El Catastro Minero condensa y organiza la información de todas las áreas concesionadas y libres en el país. Su apertura es una cuenta pendiente porque, a partir de la aprobación de la Ley de Minería en 2009, nos costó mucho abrir el Catastro porque teníamos que generar algunos cambios en el reglamento para darle viabilidad.

Su apertura permite la entrega de nuevas concesiones. Esto es fundamental porque es la única manera de encontrar los nuevos proyectos. Para hacer esto último, se necesita explorar y, a su vez, esto presupone hacer nuevas concesiones. En comparación con el pasado, sin embargo, nuestras actuales prácticas son diferentes y competitivas.

Antes, se entregaba una concesión minera a la primera persona que la solicitaba y se la tenía que otorgar básicamente por obligación. Ahora, las concesiones mineras no son entregadas directamente. Para otorgar una concesión, primero hacemos pública la información sobre el proceso y esto permite a otras empresas interesadas hacer una oferta. Y esta oferta no es, simplemente, una oferta económica. No nos interesa que nos paguen por las áreas porque, en la etapa inicial de la actividad minera, no existe todavía plena información sobre dichas áreas.

Nos interesa que la oferta de una empresa tenga un plan de inversión y un plan de trabajo en el cual se especifique su capacidad técnica y financiera. A diferencia de lo que sucedía antes, ahora no queremos tener aquellos especuladores que pedían muchas áreas pero no las trabajaban y que se dedicaban a esperar a otras empresas que sí quisieran trabajarlas para venderles la concesión.

En 2016, ¿cuántas concesiones podrán efectivizarse?

De manera concreta, hasta la fecha, ya tenemos 200 solicitudes. En el transcurso de este año, podríamos aumentar el 50% de solicitudes, por lo menos. El proceso de otorgamiento de concesiones podría tomar entre 45 y 60 días. Lo estamos haciendo por etapas debido a la cantidad de solicitudes. Además, el catastro se abrirá por zonas, es decir, atenderemos primero a la zona norte y luego a las zonas restantes.

Una vez efectuadas las concesiones, ¿en cuánto tiempo comenzarían las operaciones?

Después de recibir una concesión, para poder comenzar a trabajar efectivamente en la etapa de exploración, el concesionario necesita obtener 2 permisos: el permiso ambiental que lo otorga el Ministerio del Ambiente (MAE) y el permiso de aprovechamiento de agua que lo otorga la Secretaría del Agua (Senagua). Esto no debería tardar más de 60 días.

En la etapa inicial de la actividad minera, sin embargo, se debe tener presente que las inversiones no son gigantescas sino que se encuentran en un rango de medio millón a $ 1 millón. Esto suele ser así porque un proyecto ‘greenfield’ no cuenta todavía con suficiente información e inicia con un levantamiento de muestras geológicas para su envío al análisis en laboratorios.

Entonces, ¿cuándo la minería podría ser una fuente importante de ingresos para el país?

En 2015, el oro constituyó el cuarto rubro de ingresos en las exportaciones no petroleras. Hoy la minería ya es un sector económico importante. Esto es así incluso con lo que tenemos, es decir, con la pequeña minería a la cual estamos apoyando para que se regularice y alcance mejores procesos productivos.

Como Gobierno Nacional, nuestra expectativa es que la producción comience en los proyectos mineros más avanzados a corto plazo. Se espera que la producción inicie en 2017 en Río Blanco, un proyecto de oro en Azuay; en 2018 en Mirador, un proyecto cobre en Zamora; y en 2019 en Fruta del Norte, un proyecto de oro localizado también en Zamora.

Según nuestras estimaciones, a partir de 2016 recibiremos inversiones por $ 600 millones. Si cumplimos con esta meta, la minería será el principal sector receptor de inversiones. En promedio, esperamos captar $ 1.000 millones en inversión extranjera directa a partir de 2017.

Las inversiones en minería, ¿qué ingresos le darían al Estado?

Cuando comience la producción de los proyectos mineros obtendremos un flujo de ingresos fiscales por tributos, regalías, impuesto a la renta e impuesto al valor agregado. Hasta 2023, se requiere una inversión acumulada de $ 8.000 millones para el desarrollo de los proyectos mineros más avanzados: Mirador, Fruta del Norte, Loma Larga, Río Blanco, San Carlos Panantza y Llurimagua.

A partir de 2025, esos 6 proyectos alcanzarían su pico productivo y generarían unos $ 900 millones anuales en tributos. La recepción de ingresos tributarios por minería, sin embargo, no comenzará en 2025. Algunos proyectos ya están aportando al fisco.

Fuente: El Telégrafo