El fin de las sanciones internacionales contra Irán, que se hizo efectivo el sábado pasado (16 de enero del 2016), supone también la terminación del embargo petrolero a esta nación. Irán desempeñará un papel determinante en el mercado energético y espera aumentar rápidamente su producción actual de 2,8 millones de barriles diarios, entre 600 000 y un millón de barriles más. Para finales del 2016 espera producir un total de 4,2 millones.

No obstante, esto podría originar una nueva caída de los precios del crudo, ya debilitados en un mercado con excedentes de producción y una demanda débil. La oferta actual de petróleo crudo bordea los 80 millones de barriles diarios y el precio para el crudo tipo West Texas Intermediate (WTI) cerró al final de la semana pasada en USD 29,42, su menor valor desde noviembre del 2003.

Por su menor calidad, el precio estimado del barril de crudo ecuatoriano bordea los USD 22, según Petroecuador, y podría continuar cayendo si los mercados internacionales perciben el regreso de Irán como un elemento que puede elevar aún más la sobreoferta de petróleo en el mundo. De hecho, las bolsas de las monarquías petroleras del Golfo Pérsico registraron ayer fuertes pérdidas por la perspectiva de retorno de Irán. Al inicio de la semana bursátil en el Golfo, la bolsa de Riad (Arabia Saudita), la mayor de la región, cayó en 5%.

Pero además de la reducción de ingresos para el Ecuador y la acumulación de deudas con las empresas petroleras privadas, el derrumbamiento en el precio del petróleo de los últimos cuatro meses ha venido acompañado por un aumento del índice de riesgo país, lo que vuelve más caro el financiamiento que pueda conseguir el país en los mercados internacionales.

El secretario del Observatorio de la Política Fiscal, Jaime Carrera, explica que el índice de riesgo país refleja la visión a largo plazo que tienen los tenedores de deuda de Ecuador respeto de si el Estado va a poder pagarla o no. Es decir, que mientras más alto es este índice, los tenedores piensan que aumentan las probabilidades de que el país deje de cumplir con sus pagos.

Como consecuencia, el financiamiento para el Ecuador se vuelve más caro y con un riesgo país que el viernes alcanzó los 1 678 puntos, Carrera estima que el Estado tendría que pagar un 16% de interés si emitiera deuda en el mercado internacional de capitales. Carrera añade que aunque no es el único factor que influye en el riesgo país, el precio del petróleo es un elemento importante para su variación.

Esto, porque la baja del barril del crudo afecta a las finanzas públicas, al representar menores ingresos para las inversiones del Estado. Además, entran menos dólares a la economía y el mismo sector petrolero dispone de menos recursos para invertir y sostener o aumentar la producción. Todos estos elementos aportan a una percepción negativa de la economía y, con ello, aumenta el índice de riesgo país, según Carrera. Es decir, la posibilidad de que Ecuador no pueda pagar su deuda.

Un riesgo país alto también afecta al sector privado, porque las empresas encuentran condiciones más duras para financiarse y, a su vez, reducen sus inversiones y generan ­menos plazas de trabajo. El catedrático de Economía de la Universidad Internacional, Jaime Cabezas, considera que con el incremento de producción de petróleo de Irán el precio continuará a la baja.

Esto porque indica que habrá una guerra por captar mercado entre Irán y los productores árabes, a raíz de sus confrontaciones geopolíticas. Indica que con menores ingresos del petróleo, el déficit del Estado se va a ampliar más y cualquier tipo de financiamiento vendrá en condiciones mucho más duras. En este contexto, el mercado percibe que el Ecuador no podrá pagar su deuda y por ello puede seguir subiendo el índice del riesgo país.

Entre los países de la región, Ecuador es una de las naciones con mayor nivel de riesgo país. En medio de los anuncios del fin de las sanciones a Irán, las multinacionales del petróleo y del gas ven con buenos ojos esta medida, que les permitirá invertir en este país rico en recursos energéticos, pero se muestran prudentes por las horas bajas que vive el mercado del crudo.

Fuente: El Comercio