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Ese dinero que encargan las entidades financieras obligatoriamente al Banco Central del Ecuador (BCE), llamado encaje, y que equivale por ley a una porción de los depósitos captados, están allí para garantizar ese mínimo de liquidez que requiere la economía. Pero, aunque se trata de una reserva que es administrada por el Central, sus dueños son los depositantes.

Lo cierto es que el BCE la suele invertir en papeles de renta fija o depositar en algún otro banco de primer orden y así recibir un pago: intereses. Sin embargo, ahora se abrió una nueva posibilidad: ese dinero servirá también para comprar los bonos emitidos por las instituciones del sector público ecuatoriano, como el Ministerio de Finanzas.

¿Por qué abrir esa ventana? Al Gobierno “se le ha complicado hallar financiamiento, dada la situación económica difícil y el elevado riesgo. Entonces, lo que está haciendo -y lo seguirá haciendo el próximo año- es ver cómo, así sea de puchito en puchito, va consiguiendo recursos”, dijo a Diario EXPRESO, Francisco Briones, analista senior de la consultora Inteligencia Estratégica.

Es que, según una resolución emitida el 25 de noviembre por la Junta de Política y Regulación Monetaria y Financiera, parte de las reservas bancarias pueden ser colocadas en valores (papeles) de renta fija del sector no financiero de emisores nacionales públicos, adquiridos en el mercado primario, en el Ecuador o en mercados internacionales”. Según el BCE, hasta septiembre, acumulaban cerca de 2.500 millones de dólares en esa cuenta: reservas bancarias, que suelen estar a su vez repartidas/invertidas en instrumentos muy líquidos (es decir, de fácil conversión a efectivo).

Para la proforma presupuestaria del próximo año, el Gobierno habló de una necesidad de financiamiento de 6.600 millones de dólares. Solo faltaban 2.500 millones de dólares por identificar y justamente a ese monto se traduce el déficit fiscal-2016. Ahora las reservas bancarias podrían servir para comprar (o invertir) en los bonos que lance el Estado.

Desde que el precio del petróleo cayó a menos de la mitad, el Estado vio debilitarse sus ingresos estatales, que se han traducido en más deudas e incluso en atrasos en los pagos a sus contratistas, como a las petroleras o a las constructoras de su obra pública. Las cosas se complican aún más porque la mayoría de lo que se produce en petróleo ya está comprometido para pagarle a China y a Tailandia por el tema de los anticipos petroleros, es decir, por aquel intercambio de deuda por crudo, enfatizó el asambleísta opositor Henry Llanes.

El presidente Rafael Correa lo reconoció: “Tenemos algunos atrasos en el sector petrolero” y hasta pidió paciencia. El 20 de noviembre dijo que el próximo año todo lo que supere los 35 dólares por barril de petróleo (que fue el precio base que sirvió para armar el presupuesto 2016), aportará “para ponernos al día en los rezagos”. El Gobierno afirmó que ya están consiguiendo el dinero y que, en los primeros meses de 2016, se pondrán al día.

Fuente: Expreso